sábado, 28 de noviembre de 2015

El mal, no es absoluto o permanente, podemos detenerlo

El mal se manifiesta como una realidad antropológica, algunos pensadores consideran el problema del mal como un problema puramente antropológico e histórico. A continuación analizo el pensamiento de varios filósofos y teólogos respecto a su concepción del mal para concretar el concepto de que el mal no es absoluto o permanente y podemos detenerlo.


Si analizamos la existencia humana, como exitosa o fracasada en su intento por ser feliz y alcanzar un nivel exitoso como sociedad, encontramos que hemos fracasado a causa del mal. El teólogo K. Rahner explica, que existe una distancia que aumenta entre el proyecto de autorrealización y la realización efectiva y se debe a la inalcanzable autenticidad del hombre por el hecho de que tiene que buscarse a través de objetivaciones ambiguas y caducas.

Los intentos del hombre y sus ideales de éxito como civilización no se ven reflejados aún en la realidad de hoy, vemos la situación inhumana de los refugiados en Europa, la pobreza extrema en Latinoamérica, el hambre de los pueblos de África, el cáncer que avanza y no se ha podido encontrar cura, las drogas que provocan angustia por una adicción y por el narcotráfico, la muerte injusta de los que pobres que luchan por una vida digna, la yihad como una nube negra de masacres, ejecuciones brutales y corrupción, el odio interreligioso, el linchamiento de los criminales por parte de los ciudadanos que no confían en que el Estado ejerza correctamente la justicia, así el mal está presente, es una realidad que provoca un enorme sufrimiento en el ser humano.

El filósofo Gavaert, define el mal impersonal, como las situaciones no compatibles con la realización del hombre, y al mal personal como el que brota a modo de una opción libre de los seres humanos, también llamado mal moral, un mal que podemos combatir porque se deriva de cuando el hombre se da cuenta de algo que le falta o le va mal, pues es necesario tomar en serio el mal en todas sus definiciones para cambiarlo a bien.

Alain dice que la moral no es nunca para el amigoquien se ocupa de la moral de otros no es moral sino moralista. Comte-Sponville, explica, que la moral solo es legítima en primera persona, la moral solo vale para uno mismo, moralmente solo podemos ser juzgados por Dios, o por nosotros mismos. Aquí,  considero, que para vencer al mal debemos primero tratar de esforzarnos por realizar la difícil tarea que es amar a todos los demás, para tomar decisiones con moralidad, como el segundo mandamiento de Jesús “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12, 28-34) Nos gusta amar a las mascotas, a los niños lindos, a las personas que nos ayudan, pero cuesta cumplir cuando nos piden que amemos a los enemigos, miremos a los Judíos y Palestinos, viven en un círculo vicioso de violencia del “ojo por ojo.”

Leibniz

Leibniz, indica que un sector del cristianismo ve el mal como castigo o para alcanzar una finalidad determinada, que de otras formas tal vez no se alcanzaría y su significado se sitúa en las estructuras del Universo. Aquí se da el escándalo del mal, al conciliar la existencia del mal con la existencia de un Dios omnipotente y bueno que está desde el origen del Universo por ser su creador, y el por qué permite que suceda el mal a su creación: el ser humano, porqué permite que sobrelleve tanta angustia y dolor… Leibniz recurre a la explicación que dice San Agustín: Dios permite los males para realizar así un bien mayor.

Así, Leibniz analiza y culpa al hombre, al señalar que el mal nace cuando el ser humano abusa de su libertad, y de eso no tiene Dios la culpa, la mala administración de la libertad del ser humano provoca males a toda la humanidad, con lo cual estoy de acuerdo.

Para el filósofo y teólogo evolucionista Theilhard, el mal, es parte de la evolución del ser humano, de una estructura de lucha y de conflicto. Coincide con Marx, que lo enfrenta anunciando que el mal es una “alienación de “explotación” de “lucha de clase” y que debemos comprometernos a luchar contra él, porque es la tarea histórica de la sociedad frente al mal. Marx parece que en medio de todo confía en la creación y en un orden establecido como el creyente Leibniz y Theilhard, al indicar su visión marxista de que la naturaleza no engendra nunca problemas sin esbozar su solución, o sea que el mal no es absoluto o permanente.


Así, Marx con su ideología condena el mal, y nos advierte que no debemos consagrarlo, justificarlo o declararlo insoluble e intocable, que el socialismo debe cambiar las estructuras económicas y sociales, que debe abolir la miseria y la desigualdad del hombre y la mujer, y el reino del dineroMarx nos regala una esperanza, al decir que el marxismo puede cambiar el mal, al analizar que todo mal es provisional y relativo, si lo engendra la naturaleza, también la naturaleza lo superará, nos dará las herramientas para superarlo.

Marx



Otra opinión, es la de Kant que presenta el “mal radical”, indicando, que está entretejido en la naturaleza humana misma y enraizado en cierto modo en ella, por ello,  propone la moral de la intención, así el deseo, es la ocasión que permite al hombre ser moral o no serlo, debe resistir las tentaciones porque el mal nace cuando la voluntad sucumbe y es dominada, ahí adquiere carácter de mala, por ello el mal es racional.

Entonces comprendemos, que el mal es un círculo vicioso que debemos vencer desde nuestra acción y actitud moral, si pensamos en los demás y en lo que provocará nuestra acción evitaremos el mal. El mal entonces se impide y elimina actuando con moralidadcon respeto, con justicia, con equidad, con acciones buenas que provoquen el bien.

Platón atribuye a la ignorancia o desconocimiento, como causante del mal, ahí estoy de acuerdo porque la falta de conocimiento provoca fundamentalismos ideológicos, religiosos y de género, acceder a la educación es fundamental para erradicarlos.
El Papa Francisco asegura que la frontera entre el bien y el mal no pasa fuera sino dentro de nosotros, es necesario tener “un corazón libre de hipocresía, la observancia literal de los preceptos es algo estéril si no cambia el corazón y no se traduce en actitudes concretas: abrirse al encuentro con Dios y a su Palabra, buscar la justicia y  la paz, socorrer a los pobres, a los débiles, a los oprimidos.


Entonces concluyendo, para eliminar el mal, lo primero es vigilar cada una de nuestras acciones, alertar a la conciencia, ser nuestro propio juez para nuestras acciones, el provocar el mal y el bien está en nuestras manos, es cada acción cotidiana, es manejar nuestra voluntad con responsabilidad, todos tenemos conciencia de qué es malo o bueno, actuemos con una conducta hacia el bien, si deseamos que el mundo mejore y la realidad del mal desaparezca, una sola acción hacia el bien puede evitar un mal mayor en el presente y a futuro. Tengamos una actitud positiva sobre el mal para transformarlo a bien, que sea un acto evolutivo que pueda llegar a dominar las acciones de la humanidad, así estoy segura el bien triunfará.