Según el diccionario moralidad significa:
“ético, honesto, decoroso, honrado, decente, íntegro, recto, puro. O bien,
actuar con moralidad, ética, deontología, honestidad, honradez y justicia. Entre
sus antónimos están: inmoral, amoral, deshonesto. O bien actuar con:
inmoralidad, injusticia, deshonestidad.”[1]
Dentro de la filosofía griega, existen
corrientes como la del filósofo Platón, un filósofo moralista que promulgó los
valores como la ética y la honestidad. En los diálogos de Platón se encuentran un
sinfín de pronunciamientos alegóricos sobre el tema. Así también, de manera
directa, vemos en las famosas ilustraciones de los filósofos griegos reuniones
en la Academia, en donde se utilizaba la oratoria y la retórica de manera
talentosa y sublime, llevando a la palabra “verdad”, “moral” y “honestidad” a
lugares preponderantes para que el gobernante, o cualquier oyente, tomara en
cuenta la relevancia de su significado.
Pintura de Rafael Sanzio, Museos Vaticanos, Roma |
En la actualidad mencionar la palabra
moral, significa muchas veces una palabra que solo debe escucharse en un templo
religioso, algo que ha llevado al ser humano a retirar los valores de la vida
pública y privada, solo desean escuchar la “palabrita” viniendo de un religioso
que la pronuncie como un mandamiento que viene de Dios. Así, la moral solo se involucra con las decisiones de pareja o sobre las relaciones sexuales, se es amoral cuando se comete adulterio o bien cuando se viste de manera deshonesta.
Esta perspectiva de los valores, y del
término “moral”, nos lleva a volver a buscarla en la filosofía griega y en
otros filósofos moralistas. Tristemente, la palabra moral y los
valores están alejados del Estado, los gobernantes protagonizan escándalos de
corrupción, la impunidad campea y todo sigue igual, no existen cambios positivos en las
estructuras de las organizaciones públicas y privadas. Hemos llegado como en Guatemala,
a que la administración pública y privada se unan para defraudar al pueblo,
para evadir impuestos y robarlos de común acuerdo.
La palabra moral tiene que formar parte
de una filosofía de vida, de un ejercicio administrativo, de una acción comunitaria.
La palabra moral tiene que marcarse en la mente de los ciudadanos para que
actúen de manera solidaria, con conciencia, con respeto a los bienes del
pueblo, con amor hacia el más necesitado, con alegría de servir para mejorar
como nación, como Estado.
Actuar con moralidad, entonces, es
actuar en todo ámbito, con ética, honestidad, honradez y justicia. Que nuestra
filosofía de vida incluya el término “moral” para que tengamos “tod@s”, una
vida digna.
“La virtud consiste en satisfacer
aquellos nuestros deseos, que, satisfechos, hacen al hombre mejor”[2]
Mosaico la Academia de Platón |