Es factible que el ser humano aprenda a filosofar como un hábito, la filosofía nos debe enseñar a filosofar y tener esa función en nuestra vida. Por ello, se ha instruido en las asignaturas de centros de estudio la historia de la filosofía, porque para filosofar es importante esforzarse en conocer a los filósofos más prominentes y estar al tanto de sus herramientas filosóficas, que los han llevado a descubrir el tesoro invaluable de veinticinco siglos de filosofía.
La filosofía en sí, no es más que “una reflexión sobre los saberes disponibles”, como lo explica André Comte-Sponville. Podemos estudiar filosofía para aprender sobre ella, pero aprender a filosofar es lo más importante al leer sobre temas filosóficos.
André Compte-Sponville (París, 1952) |
Immanuel Kant (Königsberg, hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724-id., 1804) |
Kant dice que solo podemos aprender
filosofía, filosofando, y ¿Cómo filosofamos? Pues, lo hacemos cuando:
1)
nos preguntamos sobre nuestro propio
pensamiento,
2)
por el pensamiento de la sociedad,
3)
por lo que hemos aprendido viviendo,
4)
por las enseñanzas que hemos acumulado;
5)
por lo que descubrimos de nosotros mismos y
del ser humano.
Cuando nos atrevemos a filosofar, hasta
emitimos juicios sobre la filosofía de otro pensador. La filosofía la ubica
Comte de esta manera: “es una dimensión constitutiva de la existencia humana”. Simplemente
razonar no es filosofar, pero pesar sobre nuestra vida, sobre nuestros actos, vivir
lo que decimos, practicar nuestra filosofía de vida con el ejemplo, es la
filosofía misma.
La filosofía entonces, no es solamente
para los eruditos, debe ser una práctica, un hábito de pensamiento, es
indispensable que el ser humano se ejercite en el arte de filosofar, que se
detenga y reflexione para que alcance la felicidad.
¿Por qué la felicidad? Puesto que al
filosofar ahondamos en nuestros sentimientos, deseos, necesidades. Así
encontramos respuestas que nos muestran la verdad, y al conocernos, nos hacemos
una autocrítica, sobre prejuicios, ideologías, fundamentalismos. Al obtener
respuestas, la lógica de la razón nos hará comprendernos y conocernos.
Estas reflexiones nos irán llevando a un
grado mayor de sabiduría y alcanzaremos la noción de la realidad, que no es más
que la felicidad.
Kant en su “lógica” resumía a la
filosofía en cuatro preguntas:
1)
¿Qué puedo saber?
2)
¿Qué debo hacer?
3)
¿Qué me está permitido esperar?
4)
¿Qué es el hombre?
Las tres primeras preguntas se resumen
en la última y todas, señala Comte en una:
¿Cómo
he de vivir?
Cuando intentamos dar respuesta a la
última pregunta (Comte) que engloba a todas las anteriores, estamos haciendo
filosofía. De esta manera, si decidimos filosofar nos iremos conociendo,
descubriéndonos a nosotros mismos, a la humanidad, a la sociedad.
Somos filósofos por naturaleza, no
podemos vivir sin filosofar, tarde o temprano hemos de pensar en nuestra
realidad, en el hombre, la libertad, la justicia, la política, la muerte, el
amor, Dios, el ateísmo, el arte y la felicidad.
¿Hemos entonces de filosofar? La
respuesta es sí, nos hará más felices, razonables, libres, serenos y sabios.
Como escribe Kant “la filosofía es para el hombre un esfuerzo por alcanzar la
sabiduría, esfuerzo que nunca acaba” o como la respuesta de Epicuro “La
filosofía es una actividad, que mediante discursos y razonamientos, nos procura
la vida feliz”.
Tomemos entonces nuestra realidad y al
reconocerla vendrán las preguntas y sus respectivas respuestas, y así la
filosofía surgirá, nuestra filosofía de vida, que nos llevará a vivir una vida
más auténtica, más plena, atrevámonos a filosofar.
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