sábado, 18 de octubre de 2025

A LA LUZ DEL ESPÍRITU, Capítulo Tres

 


🕊 Tercera Parte

Ejercicios espirituales con el Espíritu Santo

Pequeñas prácticas para grandes transformaciones

  

 

 

 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” — Juan 8:12

 

 

 Introducción

La oración no basta con palabras: el alma necesita respirar, sentir, silenciarse, abrirse. Esta parte del libro contiene ejercicios sencillos pero poderosos, que te ayudarán a entrar en contacto profundo con el Espíritu Santo, especialmente cuando no sepas qué hacer o cómo seguir adelante.

Estos ejercicios no son mágicos, ni rígidos. Son puentes suaves hacia una experiencia interior viva. No necesitas saber mucho. Solo necesitas querer abrir tu alma a la luz.

Realízalos con calma, con amor y con fe, y si un día no logras concentrarte, vuelve a intentarlo. El Espíritu siempre responde.

Lo importante es llamarlo y que el Espíritu de Dios sienta que tú deseas tener una relación con Él. Puedes llamarlo por nombre como: Ven Espíritu de Sabiduría. Ven Espíritu de Gracia. Ven Espíritu de Santidad. Ven Espíritu de Amor y Alegría. Ven Espíritu de Justicia que se cumpla la voluntad de Dios en esta situación (le cuentas tu situación y le solicitas ayuda, su intervención)

Cuando tengas un evento importante, una entrevista, una reunión de trabajo, un viaje, siempre realiza una oración al Espíritu Santo para que te acompañe, esté presente y en los corazones de todos los asistentes.

Los siguientes ejercicios puedes realizarlos con regularidad y acompañarlos de ir a misa, eucaristía, o culto de tu templo para fortalecerte y alcanzar los frutos y carismas del Espíritu Santo.

 


Ejercicio 1 – Respirar con el Espíritu

Cuando necesites paz interior

 

Objetivo: Calmar la mente y abrir el corazón a la presencia del Espíritu. Usa este ejercicio como base para iniciar los ejercicios de este capítulo.

Duración: 5 a 10 minutos o más, si lo deseas.

Pasos:

Siéntate en silencio. Cierra los ojos. Apoya tus manos sobre el corazón o sobre tus rodillas.

Inhala profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca. Hazlo tres veces.

Con cada respiración, repite mentalmente estas palabras:

Inhalo… “Ven, Espíritu Santo.”

Exhalo… “Lléname de tu luz.”

Luego cambia a:

Inhalo… “Luz de Dios entra en mí.”

Exhalo… “Todo lo oscuro se va.”

Hazlo a tu ritmo, en calma.

Permanece en silencio unos instantes, dejando que esa luz respire en ti.

Finaliza diciendo en voz baja o en tu interior:

“Espíritu Santo, gracias por estar en mí.
Quédate conmigo y llévame en tu paz.”

 


Ejercicio 2 – Repeticiones orantes: Decretos de luz

Cuando necesites renovar tu mente con la verdad del Espíritu

 

¿Qué son los decretos de luz?

Son frases breves, afirmativas y llenas de verdad espiritual, que se repiten con fe para deshacer mentiras interiores, limpiar la mente del miedo o el odio, y afirmar quién eres según Dios.
Cada decreto es como una semilla de luz que el Espíritu Santo planta en tu alma.

Cómo practicarlo

Encuentra un lugar en silencio. Respira profundo. Realiza la meditación del Ejercicio 1, Respirar con el Espíritu.

Elige uno de los decretos o varios y repítelo lentamente —en voz baja o en tu interior— de 5 a 10 veces, con el corazón abierto.

Mientras repites, visualiza cómo esa verdad entra en ti como luz blanca o dorada.

Quédate unos segundos en silencio al final. Deja que la frase siga actuando dentro de ti.

 

Decretos de luz con el Espíritu Santo

“El Espíritu Santo vive en mí.”

“Soy guiada por la luz de Dios.”

“Nada puede separarme del amor del Padre.”

“Consagro mi mente al Espíritu Santo.”

“Yo soy salud y el Espíritu me está sanando.”

“Mi alma descansa en la paz de Dios.”

“Hoy camino sin miedo porque el Espíritu Santo me guía.”

“Declaro que solo el Espíritu Santo tiene poder sobre mí.”

“En el nombre de Jesús, renuncio a la oscuridad.”

“Dios está haciendo algo nuevo en mí.”

“El Espíritu Santo Ilumina mis sentidos.”

“Yo soy Espíritu divino.”

 

Variación con respiración

Puedes acompañar cada decreto de luz con respiraciones profundas, como hicimos en el primer ejercicio:

Inhalo: “Dios me ama.”

Exhalo: “Y me sana.”

Repite varias veces, sintiendo cómo el decreto se convierte en verdad viva dentro de ti.

 

🙏 Oración breve para cerrar

Espíritu Santo,
limpia mi mente, lléname de luz.
Graba en mí tus palabras,
tus pensamientos, tu verdad.

Que cada decreto sea un eco tuyo en mi interior.

Permito que habites en mi mente y mi alma.

Me consagro a ti Espíritu Santo.

Amén



Ejercicio 3 – Escritura guiada con el Espíritu Santo

Cuando necesites desahogarte, comprender y recibir dirección

 

¿Qué es la escritura guiada?

Es un diálogo escrito entre tú y el Espíritu Santo.
Tú escribes lo que sientes, piensas o preguntas… Y luego dejas que el Espíritu te hable al corazón, y tú anotas lo que Él te inspira a responderte.

Este ejercicio no es una técnica psicológica ni una obligación religiosa. Es un acto de apertura interior. Escribir guiada por el Espíritu es dejar que su luz se exprese a través de tu pluma y tu corazón.

 

Pasos para hacer la escritura guiada

Prepara el ambiente: busca silencio, enciende una vela si deseas, ten a la mano un cuaderno especial para tus encuentros con Él.

Si prefieres puedes optar por meditar una parte del Nuevo Testamento, un Salmo, o bien, orar el Rosario del Espíritu Santo.

 

Haz una breve oración de inicio:

Espíritu Santo, ven.
Inspira mis pensamientos,
sana mis emociones,
y escribe conmigo.
Amén

 

Escribe lo que hay en tu corazón.

Sin censura. Puedes comenzar con frases como:

“Hoy me siento…”

“No sé qué hacer con…”

“Me duele que…”

“Estoy cansada de…”

“Quisiera comprender…”

 

Después de escribir tu parte, quédate en silencio un momento.
Respira profundo. Di: “Espíritu Santo, ¿qué me quieres decir hoy?”

Comienza a escribir la respuesta como si Él te hablara con ternura.
No analices demasiado, no edites. Deja fluir.

Puedes iniciar con:

“Hija mía, no estás sola…”

“Yo veo tu dolor…”

“Confía, porque estoy obrando…”

“No temas…”

“Esto es lo que quiero que sepas hoy…”

“Puedes hacerlo, eres capaz de aprenderlo…”

Al finalizar, agradece y guarda lo escrito.

 

Recomendación

No busques “palabras espectaculares”. El Espíritu Santo habla con amor, sencillez, paz. Lo sabrás porque su voz te deja tranquila, te abraza por dentro, no juzga, no presiona, no grita.


🙏 Oración para cerrar

Gracias, Espíritu Santo,
por escucharme y hablarme.

Que tu voz quede grabada en mi alma
y en cada palabra escrita.

Hazme fiel a tu inspiración
y firme en tu paz.

Regálame talentos y carismas

para salir adelante

y tener entendimiento. Gracias.

 

Amén

 

 

 

 Ejercicio 4 – Lectura orante de la Palabra

(Lectio Divina sencilla)

Cuando necesites luz, consuelo o dirección desde la Palabra de Dios

 

¿Qué es la lectio divina?

Es una forma antigua y hermosa de leer la Biblia no para estudiar, sino para escuchar a Dios en silencio, como quien recibe una carta personal.

La Palabra no solo informa: transforma. Es viva y eficaz, y cuando la leemos guiados por el Espíritu, puede hablarnos justo en lo que necesitamos.

 

Cómo realizarla

Busca un lugar en silencio. Respira profundo. Puedes realizar el Ejercicio 1, Respirar con el Espíritu.

 

Haz esta oración breve:

Espíritu Santo,
abre mi mente,
abre mi corazón,
y háblame a través de tu Palabra.
Amén

 

Lee un texto bíblico breve, lentamente.
Aquí tienes algunos ejemplos:

“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.” — Salmo 104:30

“No se turbe su corazón ni tenga miedo.” — Juan 14:27

“Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” — 2 Corintios 3:17

“El Espíritu mismo intercede por nosotros con suspiros inefables.” — Romanos 8:26

"Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". — Juan 8:12

Jesús le dice a la multitud: "Por un poco más de tiempo la luz está entre ustedes; mientras tengan luz, caminen, para que no los sorprendan las tinieblas... Mientras tengan la luz, crean en la luz, para que sean hijos de la luz". — Juan 12:35

Jesús pronunció la frase "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" — Juan 14:6

 

Detente en la frase que más te toca.
Repítela en silencio. Escríbela. Pregunta:

¿Qué me está diciendo el Espíritu hoy con esta palabra?

¿Cómo me siento al leerla?

Ora con esa frase.
Háblale al Señor con tus propias palabras.
Agradece, pregunta, descansa.

Guarda silencio. Deja que la Palabra siga actuando en ti.

 

🙏 Oración para cerrar

Gracias, Señor,
porque tu Palabra es vida,
y me ha hablado hoy.

Espíritu Santo,
que esta semilla dé fruto en mí.

 

Amén

 

La palabra de Dios siempre alimenta al Espíritu. Procura cuestionar tu vida a la luz de la palabra. En la medida que tu mente se adapte a la mente de Dios, estarás más en la luz.

 

“Que la palabra sea en ti lámpara que ilumine tu camino.

Pan que alimente tu alma.

Fuego que encienda en fervor.

Ruta que te conduzca a la salvación.

Latido que aliente tu espíritu.

Vida que nunca se acabará.”

(Manual de Oración. Ignacio Larrañaga)

 

 

  

 

Ejercicio 5 – Examen interior guiado con el Espíritu Santo

Cuando quieras revisar tu día con luz y no con culpa

 

¿Qué es el examen espiritual?

Es una forma sencilla y profunda de mirar tu día a la luz del Espíritu, no para juzgarte ni castigarte, sino para crecer en conciencia, agradecer, corregir y volver a Dios con paz.

 

Cómo hacerlo (ideal al finalizar el día)

Haz silencio. Respira con calma. Di:

Espíritu Santo,
ven a iluminarme al finalizar el día.
Ayúdame a ver con tus ojos,
no con juicio, sino con luz.

Las bendiciones recibidas y dar gracias a Dios.
Amén

 

Recorre mentalmente tu día.
Desde que te levantaste hasta ahora.
Recuerda lo vivido sin prisa.

Pregúntate:

¿En qué momentos sentí paz o alegría?

¿En qué momentos me alejé de ti o de mí mismo?

¿Cómo reaccioné ante lo difícil?

¿Qué me movió hoy: el miedo, el amor o la fe?

¿A quién herí? ¿A quién ayudé?

¿Son mis ideas, es mi pensamiento negativo?

Agradece lo bueno. Pide perdón por lo que falló.

 

Termina con una frase de entrega:

“Mañana lo intentaré de nuevo contigo, Espíritu Santo.”

 

 🙏 Oración final

Gracias por haber estado conmigo hoy.
Ayúdame a mejorar,
a perdonar y a perdonarme,
a descansar en tu paz
y a levantarme contigo cada mañana.

Te consagro mis sueños, mi mente.

Mañana será un gran día lleno de tu luz.

Me sucederán eventos maravillosos,

porque Dios me envuelve en su amor.

 

Amén

 

 

 

  

Ejercicio 6 – Meditación guiada basada en las promesas de Jesús sobre la venida del Espíritu Santo

 

Meditación espiritual: Las promesas de Jesús y el Espíritu Santo

Cuando el alma necesita recordar que no está sola

 

Preparación

Busca un lugar tranquilo. Si puedes, enciende una vela como signo de la presencia de Dios. Respira hondo varias veces y repite en tu interior:

“Espíritu Santo, vengo a escucharte con el corazón abierto.”

 

Palabra para meditar

“Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre.”Juan 14:16

El Espíritu Santo es el Consolador que estará siempre con nosotros para la salvación de la humanidad.

 

Reflexión guiada

Imagina a Jesús hablando estas palabras directamente a ti.

Él te mira con ternura y dice:

“No estarás sola. No caminarás a oscuras. Te daré mi Espíritu para que te acompañe, te consuele, te enseñe y te recuerde mi amor.”

Permite que esta promesa entre en tu alma.
No estás olvidada. No estás abandonado.
El Espíritu Santo ya está contigo.

Ahora repite lentamente, como una oración viva:

“Tú estás conmigo, Espíritu de Jesús.
Me guías, me enseñas, me das paz.
Tú habitas en mí.”

 

Acto de entrega

Jesús, creo en tu promesa.
Hoy recibo con fe el don del Espíritu Santo.
Abro mi alma a su consuelo, a su luz y a su guía.
Haz que nunca olvide que tu Espíritu vive en mí,
y camina conmigo,
todos los días de mi vida.

 

Amén

 

 

Permanece unos segundos en silencio.
Escucha tu respiración.
Siente paz.
Repite en tu interior:

“Espíritu Santo, eres bienvenido en mi vida.
Te entrego este día.
Hazme instrumento de tu luz.”

 

Estudia, profundiza y medita en las siguientes citas bíblicas sobre las palabras de Jesús sobre la Luz.

 

Palabras de Jesús sobre la luz

(Evangelios – Reina-Valera / Biblia de Jerusalén / NVI)

 

1. Jesús declara que Él es la luz del mundo

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
Juan 8:12

 

Esta es una de las declaraciones más poderosas de Jesús. Él se presenta no solo como portador de luz, sino como la fuente misma de toda iluminación espiritual y verdad.

 

2. La luz vino al mundo, pero muchos la rechazaron

“La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.”
Juan 3:19

 

Aquí Jesús enseña que la luz revela, pero también incomoda. El rechazo a la luz no es ignorancia, sino una elección voluntaria de seguir en la oscuridad moral o espiritual.

 

3. Mientras tienen la luz, crean en ella

“Mientras tienen la luz, crean en la luz, para que sean hijos de luz.”
Juan 12:36

Jesús invita a vivir guiados por la fe en Él, y así transformarse no solo en seguidores de la luz, sino en hijos de la luz: personas que irradian claridad, justicia y verdad.

 

4. Jesús vino al mundo como luz

“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
Juan 12:46

 

Jesús revela su misión: sacar al alma humana de la oscuridad interior y llevarla a la plenitud de la vida.

 

5. La lámpara del cuerpo es el ojo

“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.”
Mateo 6:22  (también en Lucas 11:34)

 

Jesús enseña que nuestra manera de ver (de percibir, de juzgar) afecta directamente nuestra vida interior. Si nuestra visión está guiada por Dios, viviremos con luz.

 

6. Ustedes son la luz del mundo

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.”
Mateo 5:14

“Así alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.”
Mateo 5:16

 

Jesús empodera a sus discípulos: no solo Él es la luz, sino que quienes lo siguen se convierten en reflejo de esa luz para el mundo.

 

7. Juan el Bautista no era la luz, pero dio testimonio de ella

“Él no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.”
Juan 1:8

 

Aunque esto no lo dice Jesús directamente, forma parte del prólogo del Evangelio de Juan, y refuerza que Jesús es la verdadera luz que Juan anunciaba.

 

8. La luz revela y pone todo al descubierto

“Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz.”
Marcos 4:22

 

Aquí la luz aparece como símbolo de verdad, transparencia y justicia divina.

 

9. Jesús se transfigura en luz

“Su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.”
Mateo 17:2 (La Transfiguración)

 

En este momento sublime, Jesús no solo habla de la luz: se convierte en ella, anticipando su gloria resucitada.

 

Reflexión final

Jesús no solo habló de la luz. Él es la luz.
Y llama a cada ser humano y a cada nación a vivir en ella, reflejarla y caminar con ella.

 

Estas citas y enseñanzas son la base perfecta para seguir desarrollando la Filosofía de la Luz y mostrar que esta filosofía está profundamente enraizada en el Evangelio de Cristo.

 





Ejercicios espirituales: Caminando con las palabras de Jesús sobre la luz

 

Todos los ejercicios puedes iniciarlos, realizando el Ejercicio 1, Respirar con el Espíritu, que está al inicio de este capítulo.

 

Ejercicio 1 – Meditación: Jesús es mi luz

Cita:

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas.”
— Juan 8:12

Pasos:

Busca un lugar en silencio. Cierra los ojos. Respira profundo.

Repite la cita lentamente varias veces.

Visualiza a Jesús acercándose a ti con una luz cálida.

Pregúntate interiormente:

¿En qué parte de mi vida necesito su luz?

¿Qué oscuridad necesito entregarle?

Escribe una frase como compromiso:

“Hoy decido caminar con la luz de Jesús en…” (y completa).

Oración breve:

Jesús, tú eres mi luz.
No permitas que camine más en la confusión ni en el miedo.
Guíame con tu claridad.

Amén



Ejercicio 2 – Examen de conciencia: ¿Estoy reflejando la luz?

Cita:

“Ustedes son la luz del mundo.”
— Mateo 5:14

Pasos:

Lee la cita lentamente y guárdala en tu mente.

En silencio, repasa tu día o tu semana.

Pregúntate:

¿Mis palabras han sido luz o han herido?

¿He sido ejemplo de esperanza, paz o fe para otros?

¿Dónde podría ser más luz para mi familia, mi entorno, mi comunidad?

Escribe en tu diario espiritual:

“Hoy puedo ser luz en…”

Oración breve:

Espíritu Santo, haz que mi vida refleje la luz de Cristo.
Que donde yo esté, tu paz se note.
Que mis actos hablen más fuerte que mis palabras.

Amén

 

 

 Ejercicio 3 – Contemplación: Hijos de la luz

Cita:

“Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz.”
— Juan 12:36

Pasos:

Coloca una vela encendida frente a ti. Siéntate en silencio.

Repite en voz baja: “Soy hija (hijo) de la luz.”

Visualiza que esa luz entra en tu mente, corazón y cuerpo.

Permanece unos minutos en quietud, respirando profundamente.

Preguntas para reflexionar o escribir:

¿Cómo se vive como hijo de la luz en un mundo de tinieblas?

¿Qué actitudes o pensamientos necesito dejar atrás para vivir esa identidad?

Oración breve:

Padre, quiero vivir como hija de la luz.
Despiértame cada día con tu claridad.
Y que otros reconozcan en mí tu presencia.

Amén

 

 


 Ejercicio 4 – Declaración de fe: La luz vence a las tinieblas

Cita:

“La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas.”
— Juan 3:19

Pasos:

Reconoce con sinceridad si hay algo en tu vida que estás ocultando a la luz:

Un miedo, una herida, una actitud, una culpa.

Entrégaselo a Dios en silencio.

Escribe una oración espontánea pidiendo luz en esa área.

Acto de fe (puedes repetir en voz alta):

Hoy elijo la luz.
Renuncio a las tinieblas del miedo, del pecado, del orgullo.
Acepto la verdad de Cristo en mi vida.
Y camino hacia la libertad que solo Él puede dar.

 

 

 

  

🕯 Ejercicio de una Semana de Oración

– “Caminar en la Luz de Jesús”

Todos los ejercicios puedes iniciarlos, realizando el Ejercicio 1, Respirar con el Espíritu, que está al inicio de este capítulo.

 

Día 1 – Jesús es mi luz

 

Palabra:

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas.”
— Juan 8:12

 

Reflexión:
Jesús no solo trae luz. Él es la luz. Comienza esta semana reconociendo que solo caminando con Él puedes ver con claridad el sentido de tu vida.

 

Oración:

Jesús, luz eterna, guíame.
Quita de mi camino todo lo que me aleja de tu verdad.
Quiero caminar en tu claridad.

Amén

 

Acción del día:
Haz una caminata en silencio, corta, repitiendo interiormente: “Tú eres mi luz, Jesús.”



Día 2 – Elegir la luz

 

Palabra:

“La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas.”
— Juan 3:19

 

Reflexión:
A veces elegimos la oscuridad por comodidad, miedo o costumbre. Hoy, pídele al Espíritu Santo la valentía de renunciar a lo que oscurece tu alma.

 

Oración:

Señor, ilumina mis sombras.
Quita de mí el miedo a cambiar.
Que mi alma escoja siempre la luz.

Amén

 

Acción del día:
Anota en tu diario una actitud o pensamiento que quieras entregar a la luz de Dios.

 

 

 Día 3 – La luz está en tus ojos

 

Palabra:

“La lámpara del cuerpo es el ojo… si tu ojo es sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.”
— Mateo 6:22

 

Reflexión:
¿Cómo miras a los demás? ¿Con juicio o con misericordia? ¿Con esperanza o con temor? Tu mirada puede reflejar la luz de Dios o su ausencia.

 

Oración:

Espíritu Santo, limpia mis ojos para ver con compasión.
Que mis pensamientos y juicios pasen por tu luz.
Que mi alma brille desde adentro. Amén.

 

Acción del día:
Mira hoy a alguien con amor y sin juicio. Regálale una palabra amable o una sonrisa.


 

  

Día 4 – Tú eres luz para el mundo

 

Palabra:

“Ustedes son la luz del mundo.”
— Mateo 5:14

 

Reflexión:
Tú no estás aquí solo para recibir luz, sino para irradiarla a otros. Tu forma de hablar, servir y vivir puede iluminar el camino de alguien más.

 

Oración:

Señor, hazme reflejo de tu luz.
Que mis palabras levanten, que mis actos sanen,
y que donde yo esté, tú seas visible.

Amén

 

Acción del día:
Haz hoy una acción concreta de bondad que nadie te pida. Sé luz en la vida cotidiana.

Puedes usar las redes sociales para compartir una oración al Espíritu Santo o un versículo de la Biblia que diga que Jesús es la Luz.

 

  

Día 5 – Hijos de la luz

 

Palabra:

“Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz.”
— Juan 12:36

 

Reflexión:
Ser hijo de la luz es vivir con coherencia interior: actuar según la verdad, elegir la justicia, defender la paz. Hoy, recuerda que eres llamado a reflejar el rostro del Padre.

 

Oración:

Padre, ayúdame a vivir como hija de la luz.
Que la fe me transforme por dentro y se vea por fuera.
Camina conmigo en todo.

Ayúdame a difundir tu luz, para que otros se iluminen.

Amén

 

Acción del día:
Escribe una afirmación: “Yo soy hija (hijo) de la luz de Dios” y repítela en tu corazón durante el día.

 

 

 Día 6 – Dejar que todo salga a la luz

 

Palabra:

“Nada hay nada oculto que no haya de ser revelado, ni escondido que no haya de salir a la luz.”
— Marcos 4:22

 

Reflexión:
No se trata de tener miedo, sino de permitir que la luz sane lo oculto: heridas, culpas, secretos. La luz no juzga: transforma.

 

Oración:

Espíritu Santo, entra en mi interior.
Saca a la luz todo lo que me impide vivir en plenitud.
Transforma mi oscuridad en sabiduría.

Amén

 

Acción del día:
Dedica unos minutos a escribir una oración personal pidiéndole al Espíritu Santo que sane alguna herida pasada. También puedes pedir por un ser querido.

 

  

Día 7 – Luz para las naciones

 

Palabra:

“Yo, la luz, he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
— Juan 12:46

 

Reflexión:
Jesús vino para ti… pero también para tu familia, tu pueblo, tu nación. Hoy, ora por tu país y por el mundo entero, para que elijan la luz y no la oscuridad.

 

Oración:

Jesús, luz del mundo,
ilumina nuestras naciones,
guía a nuestros gobernantes,
y transforma el corazón de nuestros pueblos.
Que tu luz venza toda oscuridad.
Amén

 

Acción del día:

Crea una imagen o una publicación en redes por la paz de las naciones.

 

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