miércoles, 30 de julio de 2014

La evolución del pensamiento social cristiano

Jacques Maritain
Desde el inicio de los tiempos evangélicos, el pensamiento social cristiano provocó controversias por el pensamiento de su iniciador, Jesús de Nazaret. Llevar la predica de Jesús a la práctica durante la historia ha provocado cambios en la sociedad. Jesucristo vino a eso, a hacer una realidad el Reino de Dios, un Reino no como los reinos de este mundo sino un Reino diferente, basado en una justicia social en donde no exista la diferencia económica y social que existe en la actualidad. 

Sus seguidores han sido llamados de muchas maneras, no olvidemos las conversiones de hombres como Saulo de Tarso que buscaba aniquilar a los cristianos o Francisco de Asís, que era un cruzado de la nobleza, sus conversiones dejaron sin palabras y escandalizaron cuando sin miedo dejaron todo para pronunciar las palabras de Jesús y tratar de hacer una realidad el Reino de Dios.

El pensamiento social cristiano busca que la política y el orden social se organicen conforme las enseñanzas de Jesús, quien buscó durante su vida pública a ayudar a los pobres, a los discriminados, a los despreciados como eran los leprosos, a alguien debía enviar Dios para mejorar el mundo.

Gómez Gálvez (2010) indica que a partir de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, es que el pensamiento moderno social cristiano se estructura formalmente por cinco fuentes históricas de inspiración: el Evangelio, la Patrística, el Utopismo, la Doctrina Social de la Iglesia y de los Pontífices y el pensamiento de los filósofos cristianos modernos.

La encíclica social, que inicio el pensamiento social cristiano, fue promulgada por el Papa León XIII (15/05/1891). En ese entonces se daban injusticias por el capitalismo industrial de Adam Smith, pero también existía el ateísmo del pensamiento de Marx, de esta situación nace una tercera corriente proponiéndose la doctrina cristiana. Así, el Papa redacta una carta abierta a los obispos, para posicionarse con respecto a las condiciones infrahumanas de las clases trabajadoras, declara su apoyo al derecho laboral de formar uniones o sindicatos, sin ser marxistas porque defendió la propiedad privada y propone el corporativismo.


Por lo anterior, es que recalco que el perfil de República Cristiana que promueve la filosofía de la luz, no es de derecha, centro o izquierda, sino solamente va detrás de las huellas de Jesús. El Papa León XIII logra posicionarse entre las dos ideologías porque lo ve desde una perspectiva evangélica, condena al capitalismo como causa de pobreza y degradación de los trabajadores al recordarles a los patronos “no deben considerar al obrero como un esclavo; que deben respetar la dignidad de la persona y la nobleza que a esa persona agrega el carácter cristiano” (Rerum Novarum, León XIII). Condena al marxismo y señala “Al pretender los socialistas que los bienes de los particulares pasen a la comunidad, agravan la condición de los obreros, pues, quitándoles el derecho a disponer libremente de su salario, les arrebatan toda esperanza de poder mejorar su situación económica y obtener mayores provechos.”

Más adelante Pio XI en 1931, publica la Encíclica Cuadragésimo Anno, como respuesta a la Gran Depresión de 1929 y propone un nuevo orden social y económico basado en el principio de subsidiariedad, que indica que el Estado tiene como función corregir auxiliarmente las desigualdades y desequilibrios buscando la armonía social, la estabilidad y la sostenibilidad de las instituciones políticas y sociales.
Así, nace el pensamiento social cristiano y una corriente de pensadores cristianos europeos como: Philippe Bouchez, padre del cooperativismo francés defensor de la clase obrera; Luis Taparelli D’azeglio, filósofo jesuita que promulgó sus ideas de la socialidad y subsidiariedad en donde defiende e iguala los derechos de todos los niveles de la sociedad; Wilhelm von Ketteler, Diputado al Parlamento de Frankfurt (1848) defensor de la escuela cristiana y autor de “La cuestión social y el cristianismo”;  Charles-Humbert, senador y periodista; quienes trataron de reivindicar la dignidad del ser humano defendiéndola de los fundamentalismos económicos de los materialistas y capitalistas.

Philippe Bouchez,
Wilhelm von Ketteler

De esta manera el pensamiento social cristiano de los siglos XIX y XX nace de fuentes eclesiales y no eclesiales. Dentro de la Iglesia el pensamiento reflejado en las encíclicas sociales de la Iglesia inaugurado por León XIII, continúa con Juan Pablo II con Catesimus Anno. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia dice “Transformar la realidad social con la fuerza del Evangelio, testimoniada por mujeres y hombres fieles a Jesucristo, ha sido siempre un desafío y lo es aún, al inicio del tercer milenio de la era cristiana. El anuncio de Jesucristo, “buena nueva” de salvación, de amor, de justicia y de paz, no encuentra fácil acogida en el mundo de hoy, todavía devastado por guerras, miseria e injusticias; es precisamente por esto que el hombre de nuestro tiempo tiene más que nunca necesidad del Evangelio: de la fe que salva, de la esperanza que ilumina, de la caridad que ama.” 


Dentro de las fuentes no eclesiales, encontramos numerosos intelectuales dentro del ámbito político, social y académico que consolidaron el pensamiento humanista cristiano. Entre ellos Nicolás Berdiaieff, partidario de un socialismo personalista, sin ideologías capitalistas ni marxistas. Jacques Maritain, filósofo francés que indicaba que el Estado no tiene otro fin que asegurar el bien común; Emanuel Mounier, filósofo cristiano atento a la problemática social y política.

Emanuel Mounier
Toda persona entonces, sea político, filósofo, ecologista, religioso o seglar, que tenga buena voluntad y amor al prójimo, transformará su pensamiento y actitud hacia un humanismo integral y solidario con la sociedad. Quienes estén renovados por el amor de Dios serán los que cambiarían las reglas, leyes y orden de las estructuras sociales, para llevar paz, educación, salud, sustento, vivienda y salario justo.

La filosofía de la luz apoya y promueve el pensamiento social cristiano verdadero, como una filosofía del desarrollo humano y social para renovar la sociedad en su conjunto. El pensamiento social cristiano ha tenido cambios evolutivos, algunos recalcan que no es una tercera vía como lo marco León XIII, pero recordemos que en ese entonces era la guerra fría y las ideologías se encontraban en auge. 
En la actualidad algunos partidos político Latinoamericanos con pensamiento social cristiano han desaparecido, sin embargo las ideas no lo han hecho y persiste esta corriente. La intolerancia religiosa que se dio dentro de la administración pública ha cambiado, no podemos separar la ética, y el humanismo cristiano de donde más necesita: el Estado.

Es necesario fomentar filosofías cristianas porque como indicó Benedicto XVI en su Encíclica Spe Salvi (2007) “Cristo es el “verdadero filósofo” quien nos dice “quien es en realidad el hombre y qué debe hacer para ser verdaderamente hombre”. “El indica también el camino más allá de la muerte; solo quien es capaz de hacer todo esto es un verdadero maestro de vida”. Y nos ofrece una esperanza que es al mismo tiempo espera y presencia: porque “el hecho de que este futuro exista cambia el presente”.

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