viernes, 10 de octubre de 2025

A LA LUZ DEL ESPÍRITU - última parte 1er. capítulo

 A continuación la última parte del 1er capítulo del libro "A la Luz del Espíritu". 
Traten de practicar los ejercicios espirituales, así se llenarán de luz y estarán más cerca de Dios y los seres espirituales como ángeles y arcángeles. 
Dios los bendiga, que el Espíritu Santo los ilumine, buena suerte! 😃🙌🙏 





Lo que el Espíritu Santo transforma en ti

El cambio profundo comienza cuando Él habita en tu interior

Cuando el Espíritu Santo entra verdaderamente en tu vida, nada queda igual. Él no viene solo a consolarte en tus momentos difíciles. Viene a transformarte. No desde fuera, sino desde lo más profundo de tu ser.

Él no borra tus heridas como si nunca hubieran existido. Las toca con fuego de amor, y las convierte en sabiduría, en ternura, en testimonio. No elimina tus debilidades con magia. Las convierte en espacios donde Dios actúa con poder.

 

¿Qué transforma el Espíritu en ti?

Tus pensamientos

El Espíritu limpia tu mente de mentiras, negatividad y confusión.
Te recuerda quién eres: hijo, hija de Dios.
Te da claridad, paz y dirección.

 

Tu corazón

Él sana heridas emocionales, rompe cadenas del pasado, y te enseña a perdonar.
Donde había resentimiento, Él siembra compasión.
Donde había miedo, Él planta confianza.

 

Tu forma de vivir

El Espíritu te hace más sereno, más fuerte, más libre.
Te aleja de lo que te destruye, y te acerca a lo que te construye.
Te enseña a actuar con amor, a decidir con paz y a vivir con propósito.

 

Tu relación con Dios

Cuando el Espíritu habita en ti, Dios deja de ser una idea lejana, y se convierte en un Padre cercano.
Ya no rezas por costumbre, sino que hablas con el corazón abierto.
Sientes que no estás sola o solo. Él te guía, te ve y te sostiene.

 

Palabras del alma que Él inspira

Cuando el Espíritu transforma tu interior, estas palabras se vuelven tuyas:

“Ya no soy esclavo del miedo.”

“Tengo paz aunque aún no entienda todo.”

“Mi vida está en las manos de Dios.”

“Sé que puedo comenzar de nuevo.”

“La luz vive en mí.”

“Quiero hacer la voluntad divina”

“Puedo lograr vivir en la luz”

“Camino en los senderos de la luz”

“Puedo ver la verdad divina”

 

 

🙏 Oración: Ven a transformarme

Espíritu Santo,

no quiero seguir siendo la misma persona.


Ven a transformar mis pensamientos,

mi corazón, mis heridas, mis hábitos, mis pasos.

Arranca el miedo, la tristeza y la confusión.

 

Siembra en mí tu verdad, tu gozo, tu claridad.

Enséñame a vivir en paz,

a pensar con fe,

a amar con libertad.

 

Dame entendimiento en mis estudios,

y labores, ayúdame a salir adelante

en mis proyectos y trabajos.

 

Hazme una nueva persona,

Hazme tuyo, hazme luz.

Amén

 

 

 

 Una Bella experiencia de Juan Pablo II

En enero de 1980 Juan Pablo II, hablando a un grupo de carismáticos dijo: “Yo desde pequeño aprendí a rezarle al Espíritu Santo. Cuando tenía 11 años me entristecía porque se me dificultaban mucho las matemáticas. Mi padre me mostró en un librito el Himno “Ven Espíritu Creador” y me dijo: “Rézalo y verás que Él te ayuda a comprender”.

 

A continuación comparto la oración:

 

Ven Espíritu Creador

 Ven, Espíritu Creador,

visita las almas de tus fíeles

y llena de la divina gracia los corazones,

que tú mismo creaste.

 

Tú eres nuestro Consolador,

Don de Dios Altísimo,

fuente viva, fuego, caridad

y unción espiritual.

 

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;

Tú, el dedo de la mano de Dios;

Tú, el prometido del Padre;

Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.

 

Enciende con tu luz nuestros sentidos;

infunde tu amor en nuestros corazones;

y, con tu perpetuo auxilio,

fortalece nuestra débil carne,

 

Aleja de nosotros al enemigo,

danos pronto la paz,

sé tú mismo nuestra guía,

y puestos bajo tu dirección,

evitaremos todo lo nocivo.

 

Por ti conozcamos al Padre,

y también al Hijo;

y que en Ti, Espíritu de entrambos,

creamos en todo momento.

 

Gloria a Dios Padre,

y al Hijo que resucitó,

y al Espíritu Santo,

por los siglos infinitos.


Amén 



La importancia de guiarse por la luz

Para los seres humanos, las naciones y los pueblos

 

La luz no es solo un símbolo espiritual: es una necesidad interior. Guiarse por la luz es elegir el camino de la verdad, de la conciencia despierta, del bien que eleva, y de la presencia de Dios como norte del alma y de la historia.

Cuando una persona se aleja de la luz, se pierde en la confusión.
Cuando una familia se aleja de la luz, se fragmenta.
Cuando una nación se aleja de la luz, pierde su propósito y su humanidad.

 

La luz es el lenguaje del Espíritu Santo


Él no obliga, pero ilumina. No grita, pero guía.
Y su luz no solo transforma el corazón individual: puede inspirar sistemas, leyes, culturas, economías y gobiernos.

Por eso, necesitamos que los pueblos elijan la luz:
La luz del amor sobre el odio.
La luz de la justicia sobre la corrupción.
La luz de la verdad sobre la manipulación.
La luz de la compasión sobre la indiferencia.

La luz de la santidad sobre el pecado.

 

 

Cuando el alma se guía por la luz:

No se deja arrastrar por la oscuridad de sus pensamientos.

Aprende a elegir lo que edifica, no lo que destruye.

Vive en paz, aunque haya tormenta afuera.

Busca la santidad como forma de vida cotidiana.

 

Cuando un país se guía por la luz:

Sus leyes protegen la dignidad humana.

Su economía sirve a todos, no solo a unos pocos.

Sus líderes escuchan con conciencia.

Sus ciudadanos crecen en libertad interior.

El Espíritu Santo los hace prosperar y vivir en armonía.

No viven con ansias de dominio sobre otras naciones.

Desean el bien para todos los seres humanos.

Buscan eliminar la pobreza material y espiritual de sus ciudadanos.

Actúa de forma clara y honesta sin corrupción.

El Espíritu Santo lo guía para vivir en paz, armonía, respeto, obediente a la luz de Dios.

 

La luz no impone, pero transforma.
La luz revela la verdad.
Y una vez que el ser humano la prueba, ya no puede vivir igual.

Por eso, en este tiempo, volvamos a orar y a actuar con esta convicción:

 

“Que cada alma, cada familia, cada nación, se guíe por la luz del Espíritu Santo.”

 

 

 

🙏 Oración para caminar en la luz

Espíritu Santo,
luz eterna que disipa toda oscuridad,
vengo a ti con el corazón abierto,
necesitado de tu claridad,
de tu verdad que libera,
y de tu presencia que da paz.
 

Ilumina mi mente para ver con sabiduría,
mi corazón para sentir con compasión,
y mis pasos para elegir con conciencia.

No permitas que me guíe por el miedo,
por la prisa, por la herida o por el ego.
Guíame tú, con tu luz suave, firme y fiel.

Cuando todo parezca confuso,
sé mi lámpara interior.
Cuando no vea salida,
sé mi horizonte de esperanza.

Cuando dude de mí mismo,
recuérdame que tú me habitas.

Ilumina también a mi familia, a mi país,
y a todos los pueblos del mundo.
Que tus caminos sean conocidos,
y que tu luz sea reconocida como fuente de vida.

Hoy decido caminar contigo.
No quiero más oscuridad.
No quiero más contrariedad.

Espíritu Santo,
guíame por los caminos de la luz.

Amén

 

 

  Cómo escuchar la voz del Espíritu Santo en medio de la vida cotidiana

Muchas personas creen que el Espíritu Santo solo habla en retiros, templos o momentos excepcionales. Pero el Espíritu habla cada día, en la casa y en la calle, en el silencio y en medio del ruido, en lo sencillo, en lo inesperado, en lo pequeño.

Escuchar al Espíritu es entrenar el alma para reconocer la voz del Amor.

No es una voz escandalosa, no exige, no presiona. Es una voz suave, firme, luminosa, que guía sin forzar.

Y cuanto más nos abrimos, más claramente se escucha.

 

¿Dónde habla el Espíritu Santo?

En una frase que alguien nos dice y toca el corazón.

En una idea que llega con paz.

En una emoción de claridad repentina.

En un texto bíblico que parece escrito solo para ti.

En el silencio… cuando de pronto sientes luz.

En el impulso de hacer el bien.

 

¿Cómo entrenar el oído del alma?

Cultiva el silencio: desconéctate unos minutos al día para  esta solo.

Pregúntale con fe: “Espíritu Santo, ¿qué me quieres decir?”

No te aceleres: Su voz no se impone, se revela.

No confundas presión con guía: Él no genera angustia, sino paz.

Confirma por la paz: cuando una idea viene del Espíritu, deja serenidad, aunque sea desafiante.

 

Palabras del Espíritu que podrías oír

“Confía más.”

“Ya no temas.”

“Perdona.”

“Ten fe.”

“Vuelve a intentarlo.”

“Estoy contigo.”

“Suelta ese miedo.”

“Hazlo con amor.”

 

 

  

🙏 Oración para pedir sensibilidad espiritual

Espíritu Santo,
enséñame a escuchar tu voz
en medio del ruido,
en medio de mis pensamientos,
en medio de esta vida acelerada.

 

Afina mis sentidos para sentirte,
para escucharte, que
mi corazón reconozca tu paz,

y sepa cuándo hablar,
cuándo callar,
cuándo esperar,
y cuándo avanzar.

 

Sé tú mi luz diaria.

 Amén


 

  El Espíritu Santo nos guía a la santidad cotidiana

 

La santidad no es un ideal lejano ni reservado solo para unos pocos. No es solo para los altares, sino para las labores, los trabajos, las conversaciones diarias. La santidad es la vida vivida con amor, con verdad y en comunión con Dios, incluso en lo pequeño. Y es el Espíritu Santo quien hace esto posible en nosotros.

Por nuestras fuerzas no podríamos vencer el pecado, ni ser constantes en el bien. Pero el Espíritu Santo nos fortalece desde dentro, nos ilumina la conciencia, nos da paz cuando elegimos lo correcto, y nos corrige con ternura cuando caemos.

Él es quien despierta en el alma el deseo de vivir en la luz, de ser íntegros incluso cuando nadie ve, de amar sin medida y perdonar más allá de lo razonable. No lo hace con imposición, sino con suavidad firme: nos convence con su paz.

Vivir en santidad no es vivir sin errores. Es levantarse con humildad cada vez que se cae, y caminar de la mano de Dios en medio de la vida real. Es elegir el bien aun cuando cuesta, es amar aun cuando duele, es sembrar luz donde hay tinieblas.

Todos podemos ser santos, no por mérito, sino porque el Espíritu Santo habita en nosotros y nos guía.
Él nos aparta del pecado no por obligación, sino porque nos revela un camino más alto: el camino del amor, de la paz, de la luz.

Cuando le abrimos espacio, el Espíritu hace lo que no podríamos solos: nos transforma desde adentro, y hace de lo ordinario un camino hacia lo eterno.

 

 

🙏 Oración para vivir en santidad con el Espíritu Santo

Espíritu Santo,
tú que habitas en lo profundo de mi alma,
ven y transforma mi vida desde dentro.

Quiero una santidad cercana,
que se viva en lo simple:
en mis palabras, mis pensamientos,
en el trabajo de cada día,
en la forma en que amo, perdono y sirvo.

Aleja de mí el pecado,
no por miedo, sino por amor.
Enséñame a elegir la luz,
en cada instante de mi vida.

Dame fuerza para hacer el bien sin cansarme,
humildad para levantarme cuando caigo,
y paz para perseverar en el camino de la luz.

Que mi vida cotidiana sea terreno fértil
donde tú formes en mí
una santidad real, sencilla, luminosa.

Espíritu Santo,
hazme instrumento de luz,
y guía mis pasos por el camino de la verdad.

Hoy te entrego todo lo que soy.

Santifícame en lo cotidiano.

 

Amén

 

 

  

Cómo tomar decisiones guiadas por el Espíritu Santo

Discernir con paz, no con miedo

 

Cada día tomamos decisiones: algunas pequeñas, otras que pueden cambiar el rumbo de nuestra vida. Pero muchas veces decidimos desde el miedo, la ansiedad, la culpa o el impulso. El Espíritu Santo no quiere que vivas así.

El Espíritu guía con luz. Y donde hay luz, hay paz.

Él no da órdenes, ni presiona. Inspira, orienta, aclara.

Cuando una decisión viene del Espíritu, no genera angustia, sino serenidad, incluso si es difícil.

 

¿Cómo discernir con el Espíritu?

Ora antes de decidir.

“Espíritu Santo, muéstrame qué es lo mejor, para mí y los míos.”

Escucha la paz.
La paz es el idioma del Espíritu. Si una opción te deja inquieta, tal vez no sea el momento. Ora unos días y después toma una decisión.

No decidas en caos.
Espera. Respira. No actúes por impulso.

Pide confirmación interior.
El Espíritu confirma con claridad suave, no con confusión.

A veces, calla para probar tu libertad.
Él respeta tus procesos. Decide desde el amor, no desde el temor.

 

 

🙏 Oración para decidir con luz

Espíritu Santo,
muéstrame el camino.


Quita lo que me confunde,
lo que me presiona,
lo que me aleja de la verdad.

 

Dame paz para avanzar,
o paciencia para esperar.


Quiero elegir lo mejor para mí,
para los involucrados,
lo más fiel a tu luz.

 

Espíritu Santo guíame en la luz
permite que tome las mejores decisiones
para vivir en paz, en respeto, en amor.

 Amén

 

 

Cómo ser portador de luz para otros

Llevar al Espíritu a los demás, desde la sencillez

 

Vivir guiado por el Espíritu Santo no es solo para tu paz interior.
Es para iluminar a otros con tu presencia, tus palabras y tus gestos.

No necesitas predicar, ni tener respuestas para todo.
Solo necesitas ser una persona habitada por la luz.

 

¿Cómo puedes ser luz?

Escuchando con compasión.

Sonriendo desde el alma.

No juzgando con dureza.

Orando en silencio por los que sufren.

Haciendo el bien en lo oculto.

Perdónate, y otros aprenderán a perdonarse.

Vive con paz, y otros querrán encontrarla también.

 

 

🙏 Oración para ser portador de luz

Espíritu Santo,
hazme reflejo de tu luz.


Que al hablar, al mirar, al actuar,
otros puedan sentir tu paz.

 

Usa mis dones para el bien,
mi voz para mostrar la luz,
mi presencia para dar esperanza.

 

Que donde yo esté,
tú seas visible.

 

Amén

 

 

 🙏 Oración de consagración personal al Espíritu Santo

Espíritu Santo,
hoy te consagro mi alma,
mis pensamientos,
mis actuaciones y mis decisiones.  

 

Ven y habita en mí.

Quita de mi interior todo lo que no viene de ti.
Transforma lo que me hace daño,
renueva mi vida con tu luz,
despierta en mí tus dones.

 

Que mi vida sea guiada por tu sabiduría,
sostenida por tu fuerza
y encendida por tu amor.

 

Te entrego todo lo que soy,
y todo lo que aun no comprendo.
Condúceme por los caminos de la luz.
Me entrego a tu luz, completamente.

 

Amén

 

 

 "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho."  ─ Juan 14:26