Los profetas del siglo XXI, son personas como Josemaría Escrivá de Balaguer, que su misión fue formar una comunidad que buscara la santidad en las tareas diarias, con la santificación de lo ordinario y dijo: "La santidad grande, está en cumplir los deberes pequeños de cada instante. Camino 817" Él creó el Opus Dei
Ahora vemos que el Papa Juan Pablo II segundo y otros Papas
lo han hecho también, santifican personas, que las conocemos hasta que las
resalta la Iglesia, es porque todos podemos ser santos y vivir en santidad y
hay muchos santos y profetas que viven agradando y sirviendo a Dios.
Debemos con nuestros actos diarios llegar a la santidad para
agradar a Dios y por el bien de nuestra alma, como dijo el Hermano Pedro
"solo una alma tenemos y si la perdemos, no la recuperamos".
Los profetas de antes eran otra clase de profetas, la comunidad
era pequeña y se ponían a decir lo que mandaba Dios, todos conocemos cómo le
costó a los grandes profetas salir adelante y cumplir con su misión porque
siempre el mal quiere evitar que se cumpliera la voluntad de Dios, los
persiguieron, los desprestigiaron, pero es tiempo perdido porque Dios es
nuestro creador.
En la comunidades evangélicas hay algunos profetas, que
ellos eligen, los judíos parece que también tienen algunos el don de la
profecía, los del islam tuvieron a Mahoma y creo que no andan eligiendo otros
profetas o no sé.
A mí, Dios me llama Abraham pero mi misión es dar a conocer
que Dios debe estar en el Estado, gobernando como se hacía en las primeras
naciones, la filosofía de la luz, no busca dominar el mundo a la fuerza con el
cristianismo, busca que los judíos tengan su Estado, los musulmanes el suyo,
los cristianos también, etc.
La filosofía de la luz tiene ese objetivo siempre y cuando
se respeten los derechos humanos, y no se haga por medio de la guerra. No me
voy a poner a comentar la situación de las guerras actuales porque esa no es mi
misión o vocación, además me da mucha tristeza la guerra.
Cuando Dios me habló la primera vez me mostró el Vaticano,
después en una meditación Jesús me recibió en una playa del cielo y ahí estaba vestido
con una túnica blanca, sentado en un tronco tirado sobre la arena.
Había una fogata donde estaba asando pescado, me dio de comer pan, pescado
asado y vino en un cáliz dorado, después me lavó los pies con el agua del mar.
Todo esto lo hizo con los apóstoles, cuando los nombró sus discípulos,
entonces, soy discípula de Jesús.
Luego echó agua en una palangana, y comenzó a enjuagar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla. Juan 13:5-17
El nombre Abraham, es porque mi vocación es llamar a las naciones para que respeten a Dios desde el Estado y así Dios gobierne todas las naciones. Soy cristiana, y lógicamente debo tener descendencia judía, pero mi misión o vocación es llamar a todas las naciones, soy cristiana porque así lo quiso Dios, y nací en este siglo, porque así lo quiso Dios, y me eligió porque así le parece a Él.
Soy Abraham y no busco quitarle nada a ningún musulmán o judío,
los quiero como mis hijos o hermanos si ese fuera el caso, porque ellos son descendientes
de Abraham, pero es el Abraham de la Biblia. Si mi alma es la misma que el
Abraham de la Biblia, solo Dios lo sabe, Dios me guía hacia Jesús y soy su
discípula.
Yo soy Abraham del siglo XXI, es otra mi misión. Jesús es
hijo de Dios porque escuché la voz fuerte de Jesús, la voz venía del cielo y se
parece a la de Yahvé, o sea que Jesús está en el cielo y es hijo de Dios.
Soy una mujer, que tuvo una conversión, que busca la
santidad en la vida cotidiana, solo me interesa cumplir con la misión que Dios
me ha dado, si fue crear la filosofía de la luz, pues ya cumplí con ello. Soy
cristiana y siempre lo seré. Mi bautismo fue en el Espíritu Santo, cuando tuve
mi conversión y Dios me llamó. No tengo que bautizarme en otra religión.
No voy a salir con un auto parlante a gritar que soy profeta porque Dios no me ha pedido eso, Dios me dice “escribe”. Hay muchos protestantes o evangélicos en el parque central de la ciudad y en los pueblos con micrófonos y autoparlantes llamando a la conversión, esos son profetas.
También hay muchos sacerdotes profetas que van a los pueblos más olvidados a convertir a las personas y hay quienes lo hacen en silencio. Dios tiene muchos profetas en el siglo XXI.